Marisol Buitrón Cabezas
Si nos detenemos a
observar el desarrollo de nuestro país en términos económicos tal vez logremos
encontrar algunas mejoras, sin embargo parece que no ha cambiado la situación
en muchos años, y aunque los índices dicen que hemos crecido notoriamente en
comparación con otros países la realidad es que aún existe una parte
considerable de la población (casi el 50%) que se mantienen en condiciones de
pobreza y miseria, gente que sobrevive a diario tratando de llenar necesidades
básicas como son la alimentarse, vestirse y tener vivienda.
Hablando en términos
económicos, la realidad que podemos ver es que en nuestro país la mayoría de
las personas no pueden satisfacer sus necesidades, no tienen libertad de
acceder al mercado y viven condicionados por un factor totalmente importante en
la civilización humana como lo es el dinero. Y es que no se trata de observar
cómo crecen las empresas y las familias que tienen patrimonio y capital sino
más bien sería cuestión de ver cómo disminuye la pobreza, qué cantidad de
personas de esta denominación por así decirlo puede acceder al modelo económico
que rige el mercado en nuestro país. La economía que tenemos es una economía
mixta donde el mercado y el Estado definen e interfieren de una manera u otra
en la vida de los colombianos; cuando el mercado no nos permite acceder el
Estado trata de ayudar y equilibrar un poco la distribución de recursos, hoy
día existen muchos programas de gobierno que proporcionan a los vulnerables una
ayuda en sus necesidades básicas, pero que aún con ellos no es posible dar
resultados económicos considerables. Un problema que no deja de ser es el
desempleo y la poca capacidad de crecer como empresarios independientes; el
modelo educativo que tenemos nos forma como empleados y muy poco como
empleadores, tal vez el mismo mercado que no es de fácil acceso no permite a
veces que entren nuevos y pequeños productores.
Al país le falta
explotar eficientemente sus recursos, cuenta con un mercado de factores amplio
y diverso que bien aprovechados y distribuidos pueden mejorar enormemente la
economía de Colombia. También impulsar la creatividad y emprendimiento de los
colombianos sería una excelente manera de contribuir en la problemática. los
empresarios del país también deberían aportar
al “sector vulnerable” de una manera más eficiente y funcional, de otro
lado también reconsiderar el desarrollo no solo en términos económicos, que no
solo se trate de consumir sino también de producir, entender que es mejor
crecer por lo que producimos y no por la cantidad de bienes y servicios que
adquirimos. Desde nuestra carrera como ingenieros agroindustriales tenemos la
responsabilidad de aportar con producción competitiva sostenible y sustentable
que mejore las condiciones económicas de nuestra gente, así mismo obtener
calidad de vida.
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