jueves, 12 de noviembre de 2015

La  agricultura esta gobernada por cadenas globales y altos estándares de calidad, esto implica que las empresas controlan la distribución de su producción regulando la cadena global a través de la imposición  de requisitos donde se valoriza la diversidad territorial y cultural, desarrollo agrícola enfocado en la sostenibilidad ambiental, los actores principales como organizaciones de sociedad civil (asociaciones de campesinos) y los servicios asociados. Esto tiene como principal característica en la demanda, ya que los consumidores valoran los servicios que garanticen que el producto se encuentre en óptimas condiciones, en el momento y lugar indicados.
Estos requisitos  se mantienen en la expansión de cadenas trasnacionales y en la concentración  empresarial de supermercados que  usa el 60% de producción agrícola a nivel mundial, requisitos que se extienden a las entidades sanitarias para garantizar su inocuidad y alta calidad. Estas identidades exigen que el etiquetado del producto, tenga puntos básicos para su mejor identificación en el medio, como lo son; rotulación clara y de fácil compresión, especificar el origen del producto y su contenido dietético.
La aplicación de estos requisitos en los productos genera un valor agregado más alto, que implica cambios físicos al producto y/o la valorización de los atributos específicos que conlleva a utilizar mecanismos de aplicación de estos mismos, como lo son los sellos de calidad. Los productos que cuenta con sellos de calidad, son productos diferenciados de su género por la presentación, presentación que está basada en 4 principios fundamentales: calidad sanitaria, atributos vinculados al origen (territorio), atributos vinculados a la protección del medio ambiente y derechos laborales como las condiciones de trabajo, equidad  social, etc.

En la medida en que  las empresas compiten entre sí en el mercado, teniendo en cuenta  las normas de calidad, deben estar sujetas a que sus productos por ser de tan alta calidad y con un valor agregado más alto no están al alcance del bolsillo de muchos consumidores, pero también como lo es en el caso de Colombia que no se tiene la cultura  de valorar el trabajo que toma la realización de cada producto desde su origen de producción hasta su venta. Por lo tanto los sellos de calidad para muchos son de gran importancia por la inocuidad del producto y se disponen a adquirirlos  pero para los demás simplemente se busca un producto sustituto, es ahí donde inicia la competencia económica con otras empresa que no cuenta con los sellos de calidad pero que cuenta con un producto similar que ofrece los mismos servicios.

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