lunes, 9 de marzo de 2015

EL PROBLEMA


WILLIAM FREDY IMBACHI NOGUERA

En este pequeño espacio mencionaré en sí de cómo la demanda y la oferta tienen grandes problemas que dependen de muchos factores para que se mantenga favorable en su economía.

Cada día la industria exporta menos, vende poco en el mercado interno, pero el comprador tiene más productos y mejores precios; lo cual hace que el empleo agrario e industrial disminuya en este sector, pero aumenta en otros como lo es servicios y comercio. Esta división nos afecta en gran parte y surge por errores de la oferta local, puesto que no comprende la demanda interna y externa, y nos conduce a la necesidad de proteger nuestro  mercado; lo que nos permite importar más,, puesto que en el mercado local no  se encuentran algunas cosas, y a su vez exportamos menos, porque no satisfacemos lo que la demanda externa solicita; en pocas palabras estamos produciendo lo que el mercado no necesita.

Un claro ejemplo se ve en la comida que se consume a diario en hogares, restaurantes, etc. Porque empiezan a cambiar los productos, por unos más desarrollados, que pasan de alimentos fundamentados en carbohidratos a comidas de menor tamaño y con tendencia light, o bien a comprar productos textiles que se acoplen a la moda que a la durabilidad.
Estos sucesos cambian la demanda interna, comprar más y distinto; pero la oferta se mueve a esa misma velocidad. Es importante analizar el pasado paro agrario donde los colombianos cambiamos los hábitos alimenticios lo cual causó buena parte de este, pues cada día la gente consume menos arroz, papa y leche.

El desarrollo de la demanda en nuestro país va mucho más rápido que la oferta, y esto causa que inevitablemente se profundice el déficit comercial del país.


El comercio cada vez va actualizándose en formatos y expandiéndose en centros comerciales, aumentando la bancarización y mejorando la oferta de servicios, pero sucede que los productos locales cumplen cada día menos las expectativas del mercado. Aún la industria sigue  produciendo artículos  básicos con valor  agregado, quizás porque diseñaron y construyeron su competitividad amparándose en el tipo de cambio y no por medio de propuestas de valor dinámicas que permitieran satisfacer a los consumidores. Este problema puede dar pié para que se generen nuevos problemas aún más severos, como ¿proteger la industria local o favorecer al consumidor? A manera de conclusión la respuesta debe ser un sano equilibrio que impulse la productividad y construya valor, mientras los consumidores se benefician; pero se debe tener un análisis riguroso del cambio de la demanda para que esto sea posible.

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