martes, 14 de abril de 2015

EL PROBLEMA DE LOS AGROINSUMOS


Lina Marcela Guerra
En el marco de la transición del sector de producción agrícola en nuestro país y su larga lista de problemas, tenemos los precios elevados de los agroinsumos;  según los agricultores colombianos  el precio de estos tiende a sostener altos niveles que no compensan con los ingresos que reciben por la venta de sus cosechas. Esta diferencia entre costos e ingresos tiende a restringir la productividad y competitividad de nuestros productores, y es que se debe tener en cuenta que el valor de los agroinsumos pesa, como mínimo treinta por ciento de la totalidad de la estructura de costos de los productos tradicionales. En tal sentido, cultivos como la papa son ejemplo, cuya mitad de costos totales tiene su origen en los agroinsumos, aunque el panorama de los precios elevados de los insumos es a nivel internacional esto debido al dominio de unas pocas empresas, que podríamos llamar competencia monopolística.  En Colombia se estima que esta alrededor de 20 por ciento por encima del precio mundial esto sólo en el primer eslabón de la cadena (conformado por seis empresas) y de ahí en adelante se debe sumar el incremento en el resto de intermediarios hasta llegar a los agricultores, como si fuera poco la difícil acceso a sector crediticio conlleva a que los insumos adquiridos por ellos es financiado en una larga e ineficiente cadena que conecta a los importadores o fabricantes con los campesinos.
Como es evidente en Colombia no existe una estructura de mercado que permita la formación de precios nacionales de loa agroinsumos esto también se debe a la dispersión de demanda una solución que plantea el presidente de la bolsa mercantil Iván Darío Arroyave es la generación de bloques concentradores de demanda para eliminar la sobre intermediación. El camino integrador que propone es a partir de líneas de crédito asociativo de fomento, en que los campesinos tengan recursos con destinación específica para comprar agroinsumos de forma directa a los grandes fabricantes e importadores, lo que se haría en mercados institucionales y regulados que prometería bajar entre 15 y 29 por ciento del precio que paga hoy un agricultor colombiano.
Ahora bien, aunque esta sería una buena opción para mitigar el problema bajo mi punto de vista como futura ingeniera agroindustrial contextualizada con la problemática económica y sobre todo ambiental en nuestro país, propongo empezar a desplazar los agroinsumos que en realidad son productos químicos producidos por unas pocas empresas a nivel mundial, por material orgánico (compost) procesado desde cada uno de los rellenos sanitarios; que por cierto se han convertido en un problema, porque están a reventar, así pues, estaríamos contribuyendo desde dos sentidos hacia la problemática ambiental que nos aqueja en la actualidad ya que por un lado estamos dejando de pagar precios muy altos por insumos que a la larga causaran un impacto negativo en nuestra tierra, y por otro estamos haciendo disposición eficiente de nuestros residuos.
Obviamente este será un proceso que debe ser trabajado gradualmente desde cada uno de los sectores implicados pero vale la pena empezar a contribuir con una cuestión que nos confiere y beneficia a todos.




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