martes, 14 de abril de 2015

FERTILIZANTES EN EL SECTOR PRIMARIO



  Michael Erazo Castro
En medio del paro agrario, algo muy común que se les oye a los agricultores es el alto precio de algunos fertilizantes en nuestro país pues  lo que se paga en Colombia por cada kilo de fertilizante está 50% por encima de la cotización internacional. ¿Por qué sucede? ¿Quiénes son los dueños de este negocio en el país? Al evaluar los datos de importación de los tres insumos básicos para las diferentes marcas de fertilizantes del mercado, urea, fosfato diamónico (DAP) y cloruro de potasio (KCl), el resultado es que seis empresas controlan el 92% del mercado nacional.

Según el Ministerio de Agricultura, los tres productos son básicos para la elaboración de fertilizantes, pero son importados. A partir de la mezcla de urea, fosfato diamónico y cloruro de potasio, más otros aditivos, se producen 3.600 clases de fertilizantes en Colombia. A pesar de que un centenar de empresas importaron los insumos básicos de los fertilizantes, entre las firmas Monómeros Venezolanos, Ecofértil, Abocol S. A., Preciagro, Yara y Nutrición de Plantas se concentró casi el 92% de la oferta nacional. Estas empresas importaron 1,3 millones de toneladas por casi de $1,3 billones. De conformidad con los balances financieros reportados a la Superintendencia de Sociedades, entre las seis empresas sumaron ingresos operacionales por $1,2 billones. Sus ganancias alcanzaron $9.000 millones.

Analizando un poco la situación podemos ver una clase de oligopolio donde Las tendencias de importación de años anteriores siguen vigentes en 2013. Por eso, las seis empresas que dominan el mercado definen el precio interno. Sin embargo, al comparar los precios a nivel internacional y lo que tienen que pagar los campesinos en Colombia por un kilo de fertilizantes, los costos internos superan los del exterior entre el 30 y el 50%.  Por ejemplo, en el caso del potasio, el precio promedio internacional fue de $764, el interno llegó a los $1.223 por kilo, una diferencia del 60%. El fosfato se pagó a $681 en el exterior y en el país a $1.489. El sobrecosto alcanzó el 118%. Para los campesinos, estas diferencias inciden mucho en la rentabilidad del campo, porque para abonar una hectárea de tierra ellos tienen que invertir hasta el 30% del total de los costos mínimos de producción de sus cultivos.

En el caso de la producción de arroz, algodón, papa y maíz blanco, por ejemplo, los precios de los fertilizantes representan entre el 20 y el 30% de sus costos. Por el lado del café, el cacao, la palma y la caña panelera, van desde el 15 hasta el 30%. Razones suficientes para que los campesinos le insistan al Gobierno para que ejerza un control directo sobre los precios de los fertilizantes para evitar los referidos sobrecostos. Al comparar los valores que deben pagar los agricultores colombianos frente a lo que cuestan en el mundo, se nota una enorme diferencia. Desde la venta de los mayoristas en las puertas de sus compañías ya existen sobrecostos. A veces alcanzan hasta el 30%. Cuando llegan al agricultor han aumentado casi el doble, donde se define lo que hoy sucede como “una cadena de oligopolios importadores y comercializadores”. Al agricultor le llegan productos recargados con sobrecostos.

El precio de los fertilizantes en Colombia representa un factor determinante para la pérdida de rentabilidad y competitividad en la agricultura colombiana. Las autoridades creen que el asunto obedece más a costos como fletes o transporte de los productos. Lo único claro es que urge un estudio minucioso para establecer por qué los precios de los fertilizantes que llegan al país son tan altos.


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