jueves, 12 de noviembre de 2015

COMERCIO INTERNACIONAL


Vivimos en un mundo global. Sin embargo, cuando hablamos sobre el comercio exterior es muy difícil evitar plantear sus tópicos negativos: “No deberían darse tantas facilidades a las multinacionales“, “No sé por qué se permiten las importaciones, acaban con las empresas locales”, “La internacionalización de la empresa solo conduce a que las empresas abandonen nuestro país para producir en los países subdesarrollados“.
Llegados a este punto, no podemos evitar preguntarnos… ¿Por qué se tolera el comercio internacional? ¿Qué ventajas aporta a los países y a las empresas participantes?
El comercio exterior podría definirse como el intercambio de bienes y servicios entre dos o más países o regiones económicas (como, por ejemplo, la Unión Europea).
El comercio internacional se define por su grado de apertura. El caso más limitado sería la autarquía, situación en la que el país en cuestión se negaría a cualquier forma de comercio exterior.
La apertura total sería el extremo opuesto. En este caso, la libertad al comercio exterior es total: sin restricciones ni aranceles.
Y, por supuesto, entre ambos extremos hay puntos intermedios: países que deciden importar solo aquellos bienes que no producen de modo eficiente, países agrupados por regiones económicas con libertad de comercio entre sus fronteras pero con límites al comercio con otros países, etc.
Gracias al comercio internacional podemos adquirir bienes y servicios a otros países que los desarrollan de un modo más eficiente que nosotros. Así, podremos especializarnos en la producción de aquellos artículos en los que tenemos una ventaja competitiva, en otras palabras, aquellos en los que en realidad aportamos valor frente al exterior.
Ello implica la especialización internacional. Como países, al centrarnos solo en aquellas tareas que en verdad realizamos bien, nos especializaremos en la realización de las mismas. De ese modo, aumentará aún más la eficiencia con la que realizamos tales funciones.
El comercio internacional permite a los países participantes aprovechar economías de escala absorbiendo mejor los costes fijos. Al aumentar el volumen de producción de aquellos bienes y servicios que en realidad realizamos bien podremos producir a menor coste por unidad.
Además, fomenta la competencia dado que los países tendrán incentivos para innovar y buscar la reducción de costes para seguir manteniendo su ventaja competitiva respecto al exterior. En una economía cerrada las empresas locales tendrán menos incentivos para innovar dado el menor volumen de competencia.
Relacionado con lo anterior, las empresas también disponen de incentivos para diferenciar sus productos y mejorar su calidad. De ese modo, los clientes dispondrán de productos de mayor calidad.
El mercado internacional puede suponer una salida frente a la saturación del mercado nacional. Por ejemplo, ante la cruda situación del mercado nacional de la economía española muchas empresas han visto en el mercado mundial una salida a su actividad, orientando sus productos a economías en crecimiento. De ese modo, el país puede aprovechar su capacidad ociosa de fabricación.
Por otro lado, la actividad internacional permite a los países diversificar riesgo. De ese modo, el éxito (o fracaso) de la economía de un país no dependerá únicamente de lo buena (o mala) que sea su situación interna.
El país podrá adquirir aquellas materias primas que no posee o aquellos productos que no puede producir por no resultar rentable.
Respecto a los consumidores, el comercio internacional permite adquirir bienes y servicios a aquellos países que los desarrollan de un modo más eficiente que nosotros, en otras palabras, a un coste menor. De ese modo, los consumidores podrán adquirir productos a un precio inferior.
Además, dispondrán de una mayor variedad de productos. En economías cerradas, debían conformarse con la producción local pero ahora dispondrán de una amplia gamma para elegir.
Y, finalmente, el comercio internacional puede suponer una salida profesional. Muchas son las empresas que han decidido lanzarse a la conquista del mercado exterior ante la contracción del consumo interno y, sin embargo, no hay suficientes profesionales preparados para diseñar y ejecutar una estrategia internacional. Claramente es un objetivo difícil de manipular.


1 comentario:

  1. Para poder suplir las necesidades alimentarias, sanitarias y tecnológicas de la humanidad se necesita que todos los países trabajen juntos para poder lograr, sin embargo existen brechas enormes entre las personas que acceden a estos recursos y las que no, una estrategia utilizada actualmente son los tratado de libre comercio que buscan generan un comercio con la anulación de las aduanas, pero se debe tener en cuenta que al abrir las fronteras las identidades se pierden.

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