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El proceso de la
agroindustria se ha ido expandiendo, existe más participación en el comercio
internacional, siendo el estado y las firmas multinacionales entes que cada vez
cumplen un papel más importante en el mercado. En la agroindustria como en
otros campos es necesario aplicar las políticas de competencia porque esto
garantiza mejores condiciones para incentivar el cambio tecnológico
indispensable para desarrollar una agricultura dinámica, incluyendo el proceso
de sana competencia entre los empresarios. Una de las características más importantes del desarrollo de la agroindustria es el
proceso de tecnificación o aplicación de conocimiento científico a la
producción como eje fundamental de la invención
de productos agroindustriales. Aunque el proceso de tecnificación no
satisface la demanda de personas emprendedoras en este instante sucede un
fenómeno que llamamos agricultura tecnológicamente estancada donde la política
económica tiende a trasferir recursos de la agricultura a los sectores urbanos
y los precios agrícolas tienden a aumentar porque la producción es insuficiente
para satisfacer un consumo creciente, el estancamiento tecnológico implica
rendimientos decrecientes de la inversión y, en muchos casos, el Estado tiende
a recurrir a las importaciones para impedir mayores aumentos de precios.
Y por el contrario
en una agricultura tecnológicamente dinámica, el crecimiento de la demanda no
lleva a aumentos pronunciados de los precios agrícolas para la producción
agroindustrial, lo que favorece la expansión del empleo no agrícola y por ende
el desarrollo del mercado y el fortalecimiento de la economía.
De esta manera
podemos decir que la agricultura apoya mas el desarrollo económico cuando hay
cambios tecnológicos, que cuando esta tecnológicamente estancada.
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