Brayan
S. Cerón.
Una agricultura sostenible mediante
la cual no solo se pretenda producir y transformar la materia prima para
entregar al mercado productos de nos solamente buena calidad sino además
precios acordes tanto para el productor como para el consumidor es una donde la
economía entra a jugar un papel muy importante emparentando con la visión
futurista del agricultor.
A razón de crear satisfacción
a las dos partes, se ha ido en busca de mejorar la producción en pos de la
cantidad y los costos sin afectar la calidad y, en lo posible, mejorarla; lo
cual ha conllevado a ciertas variaciones en las prácticas de esta cultura,
viéndose consecuencias poco tardías que se reflejan en la degradación ambiental
y daños en la salud humana; bien es cierto que no es mala la intervención de la
ciencia es más, se ha logrado disminuir riesgos y amenazas en la alimentación
humana, descubrir el aprovechamiento biológico de los mismos y la nutrición en
si como ciencia; tras años de investigaciones; lo malo ha sido el abuso y mal
enfoque de estos estudios. Tal es la mala orientación que a raíz de buscar un
beneficio propio, lo cual viene a ser el fin del productor; hoy en día existen
formas y modelos económicos tras la situación que lejos de mantener la cultura
del agro; proponen técnicas como el uso de productos fitosanitarios,
transgénicos, monocultivo, entre otras, que provocan revoluciones en los
suelos, ecosistemas y en la vida como tal. Al respecto hablemos de Monsanto
que, lejos de ser un buen mediador de la producción agrícola, se ha planteado
como un monopolio, pues bastante hemos escuchado respecto al tema de los
transgénicos y su imposición en mercados extranjeros, no lejos de llegar a
nuestro territorio como único proveedor de “bienes y servicios del agro”.
Volviendo al tema de la
producción agrícola, debemos tener en cuenta que la responsabilidad es de quien
explota en sentido del cuidado de las bases vitales naturales, pero que al
final de la cadena productiva quien principalmente tiene responsabilidad es el
consumidor final, debe exigir productos sanos y seguros, aunque el desarrollo
económico no nos permita diferenciar y reconocer los aspectos reales de la
calidad como factor de satisfacción de la sociedad demandante. En efecto la
economía no deja de ser un aspecto muy ligado a la agricultura dando las
tendencias para indicar bajo modelos el comportamiento de este mercado como
todos en particular.
En este caso particular de la agricultura, vemos que muchos agricultores sacan sus productos al mercado a toda costa, sin importar el impacto causado al medio ambiente o los daños a la humanidad por adicionar sustancias o técnicas en sus cultivos, pero en cuanto a lo económico según varias encuestas el los últimos años la agricultura ha crecido dado que en Colombia cerca del 22% de la población activa se dedica hoy a la agricultura, sobre todo a cultivos como café, banano, algodón, arroz, caña de azúcar y panela, maíz, papa, sorgo, plátano y flores y este crecimiento a nivel económico es bueno puesto que cada productor aumenta su demanda segmentandola y dividiéndola en diferentes calidades, que es lo que el colombiano promedio busca según sus estándares de calidad y su calidad de vida.
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