miércoles, 28 de octubre de 2015

“Una mente brillante”



Astrid Zoraya Parra

John Nash, un premio Nobel de economía que se atrevió a proponer un esquema revolucionario para plantear los funcionamientos idealizados de las relaciones humanas en cuanto cuáles son sus puntos óptimos de comportamiento. Como lo dice en un par de frases el protagonista de Una mente brillante: “Adam Smith dijo que para el mejor resultado cada miembro de un grupo debe hacer lo mejor para sí mismo… esto es incompleto, incompleto… porque para conseguir el mejor resultado, cada miembro del grupo debe hacer lo mejor para sí mismo y para el grupo”. Fue entonces cuando empezó a desarrollar el llamado "equilibrio de Nash", una de sus principales contribuciones a esta área de las matemáticas dedicada al análisis de los procesos de toma de decisión. “Según la teoría, la competencia entre dos oponentes no necesariamente se rige por la lógica de suma cero. Dos oponentes pueden, por ejemplo, cada uno lograr sus objetivos máximos a través de la cooperación con el otro, o no ganar nada en absoluto, al negarse a cooperar. La ganancia o pérdida de un participante se equilibra con exactitud con las pérdidas o ganancias de los otros participantes” (BBC Mundo, 2015).
Aunque los trastornos mentales crónicos de Nash no le impidieron ser Un genio que llego a su límite por su propio  cerebro, pues  puso tanta presión para dejar una huella en el mundo, el premio Nobel nos da a entender que una mente realmente poderosa es aquella que se abre a la más brillante y maravillosa de las ideas, que es la de la aceptación de la presencia y la importancia del amor como posibilidad real, para sanar los agobios de una vida que giraba en torno a los cálculos pero que dejo un importante legado en las ciencias.


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