CARLOS
MARIO SUAREZ
CODIGO:
103212010774
La Teoría de Juegos no ha tenido el mismo impacto en la ciencia política
que en economía. Tal vez esto se deba a que la gente conduce menos
racionalmente cuando lo que está en juego son ideas que cuando lo que está en
juego es su dinero. Sin embargo, se ha convertido en un instrumento
importante para clarificar la lógica subyacente de un cierto número de
problemas más paradigmáticos.
Un ejemplo de Teoría de Juegos en la Ciencia Política es el siguiente:
La elección de programa: Hay dos partidos, los Formalistas y los
Idealistas. Ninguno de los dos se preocupa en absoluto por cuestiones de
principio. Sólo se preocupan por el poder y, por tanto, eligen el
programa con el programa con el único objetivo de maximizar el voto
en las próximas elecciones. Los votantes, por otra parte, sólo se preocupan por
cuestiones de principio y, por ende carecen por completo de fidelidad a los
partidos. Para simplificar, las opiniones que un votante puede tener se
identifican con los números reales en el intervalo (0. 1), en otras palabras,
el conjunto de valores de x que satisfacen 0 menor igual a x menor igual a
1. Podemos imaginarnos que este intervalo representa el espectro político de
izquierda a derecha. Así, alguien con la opinión x = 0, se cree que la sociedad debería
estar organizada como un hormiguero, mientras que alguien en la opinión x = 1
cree que debería estar organizada como una piscina llena de tiburones.
Cada partido centra su programa en algún punto del espectro político y
no puede cambiar su posición posteriormente. Los votantes votan por el partido
que se encuentra más cerca de su posición. Dado que se supone que los votantes
se encuentran distribuidos uniformemente sobre el espectro político, es decir,
que una fracción l de la población sostiene
opiniones que se encuentran en cualquier intervalo de longitud l,
es fácil ver cuántos votos conseguirá cada partido una vez que han elegido
programa. El secreto está en buscar el votante mediano entre aquellos cuyas
opiniones se encuentran entre los programas de ambos partidos. El
votante mediano se encuentra a medio partido entre las posiciones políticas de
los dos partidos. Luego los que se encuentran a la derecha del mediano votante
votarán por un partido, y los que se encuentran a la izquierda lo harán por el
otro.
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